Cada año, de 8 a 13 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos de todo el mundo, el equivalente a dos camiones de basura llenos de plástico por minuto. Para el año 2050, se estima que el plástico supere al número de peces en los océanos.
En este ecosistema, las tortugas marinas son una de las especies más afectadas. Cuando no son atrapadas y cazadas por la «pesca fácil», se quedan enredadas en las redes de pescadores olvidadas o no encuentran hueco en playas atestadas de basura donde poder anidar.
Sin embargo, un estudio reciente asegura que se ha experimentado un aumento significativo en los nidos de tortugas marinas repartidos por todo el mundo, lo que indica que el número de estas criaturas está creciendo y alejándolo de las cifras de extinción.
Estos datos son fruto de todas las iniciativas puestas en marcha desde que en el año 1970 se aprobara una ley en Estados Unidos y México de proteger a las tortugas marinas, reconocidas como vulnerables. Entre las medidas más destacadas, las lideradas por WWF. Aunque no son las únicas.
Afroz Shah, abogado y activista medioambiental de Mumbai lideró un movimiento de limpieza de playas que la ONU denominó como «el proyecto de limpieza de playas más grande del mundo».
En octubre de 2015 Shah, y su vecino Harbansh Mathur, un hombre de 84 años fallecido desde entonces, se sintieron frustrados por las pilas de desechos en descomposición que habían inundado por completo laplaya de Versova. Decididos a hacer algo al respecto, la pareja comenzó a limpiar la playa, poco a poco, pero sin parar.
Pronto se dieron cuenta de que su labor necesitaba de refuerzos y Shah comenzó a hablar y concienciar a sus vecinos del problema real que tenían: nadie podía poner un pie en la playa y nadar sin soportar el fuerte olor a basura.
En total logró quitar más de 5 millones de kilogramos de plástico en 85 semanas. La playa se transformó en una prístina costa donde las tortugas podían anidar con seguridad, gracias al arduo trabajo de voluntarios dedicados. El propio Shah se encargó de proteger personalmente a las primeras crías de tortuga en su camino hacia el mar después de décadas.
No obstante, 6 de las 7 especies de tortuga marina que se conocen aún se encuentran en peligro de extinción; lo que indica que todavía queda trabajo por hacer. La labor de Shah, a la que la ONU terminó reconociendo con la máxima condecoración medioambiental, es un buen ejemplo de que granito a granito se pueden conseguir grandes cosas.
El activista no ha cesado de quitar basura desde entonces. En Twitter se puede seguir día a día las actividades y los avances de los proyectos que está llevando a cabo. (EUROPA PRESS).