La decisión de la Autoridad Marítima de Gibraltar de rescindir el permiso del Aquarius para operar como embarcación de rescate bajo bandera británica dista de ser una reacción precipitada, según ha señalado el Gobierno de Gibraltar, que insiste en que se trata de una actuación completamente apolítica y tomada por el Administrador Marítimo en base a la correcta interpretación de todas las normas aplicables.
Se trata de un proceso puramente administrativo y de decisiones tomadas por expertos técnicos marítimos
Se trata de un proceso puramente administrativo y de decisiones tomadas por expertos técnicos marítimos, en la cual el Gobierno no tiene ni ha tenido ninguna participación, añade en una nota focial el Gobierno de Fabián Picardo, que además, asegura que se trata de una cuestión puramente marítima que concierne al propósito para el cual la embarcación se encuentra certificada, el cumplimiento con dicha certificación y las instrucciones emitidas por el Administrador Marítimo, por lo que el Gobierno únicamente fue informado de estas decisiones tras haberse tomado las mismas.
El ministro principal gibraltareño, Fabián Picardo, afirma, apoyar por completo estas decisiones ya que «como a todas las personas razonables, me preocupa la desesperación que está impulsando a muchos individuos a arriesgar sus vidas para emigrar hacia costas europeas».
Picardo ha dado su apoyo al trabajo de las ONGs, pero también ha defendido que esta labor se lleve a cabo acatando todas las normas internacionales aplicables.
«Irónicamente, entiendo que los loables acuerdos a los que llegaron diversos Estados Miembros de la UE para permitir al Aquarius atracar y distribuir a sus pasajeros entre seis jurisdicciones diferentes de la UE, de hecho han sido facilitados por la decisión de la Autoridad Marítima de GIbraltar”, ha apostillado el ministro principal.