Para los miles de turistas que visitan las paradisíacas playas de Cerdeña, uno de los mejores recuerdos de su paso es llevarse una pequeña cantidad de su arena, algo que a partir de ahora estará seriamente perseguido y castigado por las autoridades de esta isla italiana.
Sin ir más lejos, la pasada semana fue multado con 1.000 euros un bañista napolitano al que la Policía cazó con una pequeña botella llena de arena, pero no es el tope impuesto, ya que las autoridades avisan con sanciones que podrían superar hasta los 3.000 euros, en función del grado de gravedad que vean en la sustracción.
Y es que se trata de un problema más serio del que pueda suponer, más si se tienen en cuenta la cifras del pasado verano, que habla de una cantidad total por encima a la tonelada de arena localizada dentro del equipaje de los turistas que utilizaron el aeropuerto de Cagliari para abandonar la isla.
En los últimos tiempos se han iniciado campañas a través de redes sociales, como la promovida por la embajada alemana en Roma, que advirtió a los turistas por el robo de arena en Cerdeña, con un texto en su página de Facebook: «Cerdeña tiene algunas de las playas más hermosas de Italia, como Cala Goloritzè, pero la extracción de arena, piedras y moluscos es un problema grave».
Otro ejemplo es el protagonizado por unos residentes de la isla que crearon una página de Facebook llamada «Cerdeña está siendo robada y saqueada». «Con la excusa de llevarse un souvenir, los turistas sacan de la isla cada año lo que a la naturaleza le llevó millones de años crear».