La Refinería Gibraltar-San Roque y la Planta Química de Puente Mayorga, los dos centros industriales del site de Cepsa en esta localidad, invirtieron el año pasado, 14,5 millones de euros en mejoras en la gestión ambiental, un 16% más con respecto al año anterior, tal y como reflejan sus declaraciones medioambientales.
El año pasado la petrolera adaptó sus certificados de Gestión Ambiental en todos los centros con actividad de mayor impacto ambiental a la nueva versión de la norma internacional ISO 14001. Esta adecuación a los más altos estándares normativos es un claro ejemplo del esfuerzo integrador de la Compañía para la adaptación a la nueva normativa más exigente y un compromiso transversal con el máximo respeto al medio ambiente.
Las concentraciones medias anuales del efecto burbuja fueron inferiores a los límites que fija la Autorización Ambiental Integrada
En la Refinería Gibraltar-San Roque, un año más, las concentraciones medias anuales del efecto burbuja fueron inferiores a los límites que fija la Autorización Ambiental Integrada (AAI). Las emisiones másicas de SO2 han marcado en 2017 un mínimo histórico desde que comenzaron sus mediciones en 1999.
Las reducciones paulatinas en las emisiones de SO2 se justifican por el aumento en el consumo de gas natural y las mejoras implantadas en las unidades de recuperación de azufre y en las unidades de tratamiento con amina.
En la planta química, al utilizarse únicamente combustibles gaseosos en los procesos de producción, gas natural mayoritariamente, las emisiones de partículas y SO2 son mínimas, quedando por debajo de los límites de detección. En lo que se refiere a las emisiones de NOx, se mantienen por debajo de los límites establecidos.
En la planta de tratamiento de la propia Refinería se tratan también los efluentes hídricos de la Planta Química de Puente Mayorga. Las declaraciones medioambientales indican que el volumen de efluentes en el punto principal de vertido fue un 16% inferior al autorizado.
En 2017 el Índice de Intensidad Energética (IIE), que engloba todos los consumos energéticos de las instalaciones, ha sido 80,2 puntos en la Refinería Gibraltar-San Roque
En 2017 el Índice de Intensidad Energética (IIE), que engloba todos los consumos energéticos de las instalaciones, ha sido 80,2 puntos en la Refinería Gibraltar-San Roque. Según los responsables de Cepsa, ser más eficientes en el consumo de energía contribuye significativamente a la reducción del impacto ambiental de los procesos, ya que una disminución de los consumos energéticos implica automáticamente una menor emisión tanto de gases de efecto invernadero como de otros gases que impactan en la calidad del aire.
Cepsa en San Roque se encuentra certificada bajo la norma ISO-50001, cuyo objetivo es fomentar la eficiencia energética, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, garantizar el cumplimiento de la legislación energética e incrementar el aprovechamiento de las energías excedentarias.
En el año 2013 se inició el tercer periodo de asignación (2013-2020) de derechos de emisión de CO2, por medio del cual las instalaciones de cogeneración han dejado de recibir derechos gratuitos. En consecuencia, el balance total de emisiones del ejercicio 2017 de la Refinería (sin tener en cuenta las unidades de cogeneración) supone un déficit de 27.996 toneladas de derechos de CO2. La Planta Química de Puente Mayorga ha tenido un superávit de 11.059 toneladas de derechos de CO2.
Las declaraciones medioambientales contienen información detallada de otros muchos aspectos, que van desde el control de ruidos, de los suelos, el consumo de agua y materias primas, a las actuaciones que inciden en la mejora ambiental de los productos que se elaboran, para reducir su impacto al ser utilizados por los usuarios finales.
La gestión medioambiental de Cepsa no se limita al control del impacto de su actividad, sino que se extiende a cuestiones tan sensibles como la formación ambiental de los empleados propios y de las empresas que prestan servicio en las instalaciones de la Compañía o la comunicación con la sociedad.
Cepsa, además, a través de su Fundación Cepsa, creada en septiembre de 2016, se caracteriza por su proactividad en la defensa y mejora de la biodiversidad en los entornos de sus centros de producción. Buen ejemplo de esta línea de actuación es la recuperación y puesta en valor del humedal del arroyo de Madrevieja. Con este programa, Fundación Cepsa pone a disposición de la población un espacio y unas actividades que dan a conocer el entorno natural de la zona.