El Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico, Tecnalia, ha puesto en marcha en Bermeo (Bizkaia), el primer laboratorio flotante de Europa para ensayos en un entorno real offshore, que permite ensayar nuevos materiales y soluciones contra la corrosión, el envejecimiento o el fouling (incrustaciones) en el medio marino, en condiciones reales monitorizadas in situ.
El laboratorio, que ha contado con la ayuda del Gobierno Vasco para su construcción e instalación, se ubicará y entrará en funcionamiento en BIMEP, Biscay Marine Energy Platform, la plataforma de investigación de energías marinas en mar abierto, ubicada en Armintza y desarrollada por el Ente Vasco de la Energía, EVE.
Este pasado viernes se ha realizado su «botadura» en el puerto de Bermeo, en un acto que ha contado con la presencia de la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco y presidenta del EVE, Arantxa Tapia, el CEO de Tecnalia, Iñaki San Sebastián, y el director gerente del Cluster de Energía de País Vasco, José Ignacio Hormaeche.
Según han explicado en el acto de botadura, el mar representa un recurso energético «inagotable», pero las empresas implicadas en la explotación de esta «enorme fuente de energía» se enfrentan al reto común de «la supervivencia de los sistemas energéticos en un medio fuertemente hostil, el medio marino».
A partir de ahora, las empresas vascas contarán con un laboratorio «único en Europa» para ensayar materiales y soluciones en un entorno offshore real, desarrollado por el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia, con el apoyo de una serie de empresas vascas coordinadas por el Cluster de Energía del País Vasco, y la ayuda del Gobierno Vasco.
A lo largo de la próxima semana, el laboratorio se trasladará a BIMEP, Biscay Marine Energy Platform, la plataforma de investigación de energías marinas en mar abierto, ubicada en Armintza y desarrollada por el Ente Vasco de la Energía, EVE, que cuenta con vigilancia continua y permitirá un acceso rápido al HarshLab.
El laboratorio, denominado HarshLab, permitirá disponer de información precisa que hará posible predecir el comportamiento de los materiales, componentes y equipos en este ambiente hostil, a fin de poder desarrollar sistemas energéticos offshore con un alto grado de supervivencia. Según han destacado los responsables del proyecto, el aumento del ciclo de vida de componentes y equipos en este ambiente es «uno de los aspectos clave para lograr una reducción de costes que permita a las energías offshore ser competitivas y sostenibles».
La instalación permitirá evaluar, entre otras, soluciones de fijación para el mundo eólico y oil & gas; sistemas para la monitorización y control de manipuladores submarinos; conectores eléctricos submarinos; sistemas hidraúlicos; sistemas y componentes oleo-hidráulicos; tubos metálicos empleados para pilotes; revestimientos y soluciones de protección; o sistemas de fondeo o uniones multimateriales.
Una de las novedades de este laboratorio, además del ensayo en un medio real offshore, es que permite el análisis en tres diferentes zonas: la zona de salpicadura (splash, donde rompe la ola), en la de inmersión (bajo la superficie, a diferentes profundidades) y en zona de exposición atmosférica (por encima de la superficie).
El HarshLab1.0 constituye un primer prototipo de un laboratorio mayor y más complejo, que está en fase de desarrollo y cuya puesta en marcha se prevé para el próximo año. El HarshLab2.0, además de sus capacidades actuales, permitirá la experimentación y validación de equipos más complejos y pesados que requieran de alimentación eléctrica.