Los especialistas de la Fundación Migres en el Campo de Gibraltar llevan meses poniendo en marcha el funcionamiento de puntos de alimentación suplementaria para el alimoche común con el objetivo de, por un lado, reducir las áreas de campeo de las parejas reproductoras de la zona, minimizando así el riesgo de colisión con los parques eólicos aledaños y, por otro lado, aumentar la productividad de la especie facilitando a estas parejas recursos alimenticios más accesibles.
Aunque se trata de un proyecto experimental, su continuidad los próximos años permite «abrir una vía de conservación directa que no se había probado antes» en el Estrecho
Según ha destacado la fundación, el «excelente resultado» del proyecto se constata ya, a pesar de los pocos meses de aplicación, porque las aves están usando los comederos, aunque se trata de una medida «inédita para fijarla». La población local de la especie utiliza estos comederos «de manera habitual», por lo que se espera que un futuro lleguen a ser puntos que ayuden a fijar más ejemplares reproductores en la zona.
Esto indica que se puede gestionar el uso del espacio de esta especie hasta, con el tiempo, evitar o reducir que campeen durante la época de reproducción en zonas de alto riesgo de colisión, como son los parques eólicos. Aunque se trata de un proyecto experimental, su continuidad los próximos años permite «abrir una vía de conservación directa que no se había probado antes» en el Estrecho.
El alimoche es un buitre de pequeño tamaño que, al igual que el águila culebrera o la pescadora, es también un migrador de larga distancia. Además, se reproduce en Europa pero pasa el invierno en África. Se trata de un ave necrófaga que se alimenta principalmente de carroñas de animales muertos, silvestres pero sobre todo domésticos, aunque también puede cazar animales de pequeño tamaño.
Mediante investigación aplicada directamente a la conservación, el proyecto de la Fundación Migres trabaja en la zona del Estrecho, donde actualmente existen cinco parejas reproductoras de alimoche común, colaborando en la recuperación de la especie. Además de la tarea realizada para evitar el impacto en molinos eólicos, «que ha disminuido la mortalidad a la mitad en el buitre leonado», durante este año se ha realizado alimentación suplementaria.