Las aguas de baño de las playas gaditanas se encuentran dentro de los niveles de calidad establecidos, según el informe que ha elaborado la Consejería de Salud durante la primera quincena de junio sobre el estado del litoral en el inicio de la temporada de baño veraniega. Este estudio se basa en los análisis realizados por la Secretaría General de Salud Pública y Consumo.
En concreto, ha vigilado los 355 puntos de muestreo en las 346 zonas de baño marítimas y nueve zonas de baño continentales andaluzas. De este total, en Cádiz se han realizado 77 muestreos en otros tantos puntos censados, repartidos en 55 zonas de baño de 16 municipios.
Las muestras de agua han sido analizadas para determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, como los macroscópicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes, restos orgánicos y cualquier otro residuo – de cristal, plástico, caucho, madera…,- que pueda afectar a la salubridad de las aguas y se considere de interés sanitario.
Andalucía controla 581 kilómetros de litoral distribuidos en un total de 263 playas
Andalucía es la comunidad autónoma que controla el mayor número de playas y de kilómetros de costa de todo el país, 581 distribuidos en 263 playas.
El Programa de Vigilancia Sanitaria de las Aguas de Baño se basa en el seguimiento analítico; realizar las actuaciones sanitarias en casos de incidencia –que pueden ir desde las limitaciones de uso hasta la prohibición del baño, o incluso la clausura de playas-; la coordinación con ayuntamientos y administración ambiental y la información pública a la ciudadanía.
Las continuas labores de vigilancia de la calidad de las aguas de baño permiten elaborar quincenalmente informes sobre el estado sanitario de las aguas de baño que la población puede consultar en la web de la Consejería (www.juntadeandalucia.es/salud/) hasta que finalice la temporada de baño el 30 de septiembre.
Hay que recordar el importante papel de los ayuntamientos, encargados de mantener las condiciones de salubridad de las zonas de baño, vigilar los posibles puntos de vertido y adoptar las medidas que les requieran las administraciones sanitarias y ambientales.