Como cada 22 de abril desde 1970, se celebra durante esta jornada el `Día de la Madre Tierra´, una expresión utilizada para referirse al planeta en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.
Durante todo el día, en distintas partes del mundo se llevan a cabo múltiples acciones reivindicativas y todas ellas giran en torno al cuidado y conservación del mismo, poniendo especial hincapié en el estado en el que se encuentra el medio ambiente que nos rodea, cada vez más castigado, de ahí que organizaciones ecologistas alcen la voz para recordar el daño que se le está haciendo a nuestro ecosistema.
En 1970 se celebró por primera vez el Día de la Tierra y en 1972 se llevó a cabo la Cumbre de la Tierra de Estocolmo, la primera conferencia internacional sobre medio ambiente, donde se establecieron las bases de las acciones a emprender para cuidar el agua, la flora y fauna y en educación ambiental. Desde entonces, el planeta ha perdido el 30 por ciento de su biodiversidad y enfrenta problemas globales, como el cambio climático provocado por la actividad humana.
En 2009, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra con el fin de recordar a todo el mundo la interdependencia existente entre los seres humanos y el resto de las especies. Un año después, en 2010, México fue sede de la celebración “Décimo Aniversario del Lanzamiento de la Carta de la Tierra”, que se llevó a cabo en Guanajuato, donde se abordó por primera vez el tema de la mitigación y adaptación de las personas ante el inminente cambio climático.
Además, este año (lunes, 23 de abril), se celebra el octavo Diálogo sobre armonía con la naturaleza, en la Sede de la ONU de Nueva York. Este diálogo interactivo es una buena plataforma para tratar temas como la producción sostenible y los patrones de consumo en la Armonía con la naturaleza. Asimismo, el diálogo quiere fomentar que los ciudadanos y las sociedades se conciencien sobre cómo se relacionan y cómo pueden relacionarse con el mundo natural; al mismo tiempo, pretende mejorar los cimientos éticos de la relación entre la humanidad y la Tierra, en términos de desarrollo sostenible.