FAPACSA, la federación vecinal algecireña, ha vuelto a insistir en la necesidad que tiene la Bahía de Algeciras de contar con un modelo corrector, atractivo, emblemático, equilibrado, sostenible e inspirador de una dirección nueva, ilusionante y de futuro. Se trata, según este colectivo, de poder compaginar el elemento social y económico más destacable de la Bahía de Algeciras, su puerto, y su actual modelo de crecimiento porque podría decirse que es un obstáculo para determinados aspectos de ese mismo desarrollo económico y social.
La federación vecinal sostiene que la Bahía de Algeciras es un espacio natural único y excepcional “que pertenece a todos, que es el soporte de la vida de sus habitantes y el que posibilita los más importantes aspectos del desarrollo y bienestar del Campo de Gibraltar”. Pero “es evidente que no se está utilizando con el cariño, el cuidado y posibilidades que su importancia exige”, destacando entre otros aspectos los efectos del crecimiento portuario.
Para FAPACSA es lamentable “que el Puerto Bahía de Algeciras cuente con numerosos espacios marítimos rellenados, algunos sin utilizar y otros mal aprovechados o con usos inadecuados o sin atractivos”, lo que he provocado efectos negativos, según el colectivo, en la mayoría de caladeros, que han sido destruidos; en las posibilidades turísticas prácticamente anuladas; en el urbanismo y ordenación del territorio altamente condicionado, como el paisaje, las playas y la identidad marítima casi perdidos.
Para FAPACSA, “se hace necesario y urgente revertir esta situación, intentando conseguir que este desarrollo se compagine y se equilibre con todos los valores de este espacio singular, con su belleza paisajística, sus playas, su mar, sus sierras y sus campos, su biodiversidad, su pesca, su morfología, su historia, sus posibilidades urbanísticas, turísticas, comerciales, económicas y sociales y sobre todo el aprovechamiento de todo su potencial geoestratégico actualmente concentrado fundamentalmente en el tránsito y transbordo, o venta de combustible, olvidándonos de importar inversiones en el entorno comarcal que impulsen la instalación de empresas e industrias de transformación no contaminantes para manufacturar, comercializar, manipular, exportar e importar parte de las materias que nos llegan de todas partes del mundo, así como hacer atractivo el entorno de la Bahía para todos”.