La presencia esporádica en nuestro litoral a finales del pasado verano pasó algo desapercibida, pero cada vez son más los bañistas y ciudadanos que pisan a menudo las playas de la zona y que se topan con las conocidas como carabelas portuguesas (Physalia physalis).
Sin ir más lejos, operarios de ayuntamientos como La Línea o Tarifa se han encontrado durante esta misma semana con varios ejemplares (en el primer caso hasta más de una veintena) de esta peligrosa especie, que libera una toxina, incluso ya muerta, que puede ser muy peligrosa para niños, personas alérgicas y mascotas.
La también conocida como fragata portuguesa, agua mala, botella azul o falsa medusa, es una especie monotípica de hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae, que se suele encontrar en mar abierto en todas las aguas cálidas del planeta, en especial en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico, así como en la corriente del Golfo atlántica.
Aunque a simple vista parezca una medusa, en realidad es un organismo colonial, formada por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros, aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.
Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano, en el que una picadura puede provocar consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado esporádicos casos de muerte.
Desde distintas delegaciones de Playas de consistorios de la zona ya se ha mostrado la preocupación por la presencia en aguas de la Bahía de Algeciras y el Estrecho de Gibraltar de estos ejemplares, que bien podrían convertirse en protagonistas del verano que ya está a la vuelta de la esquina.