La siderúrgica Acerinox ha cerrado el ejercicio 2017 con un beneficio, después de impuestos y minoritarios, de 234 millones de euros, tres veces más que en 2016, lo que supone los mejores resultados de los últimos diez años.
El EBITDA generado fue 489 millones de euros, un 48,6% superior al del mismo periodo del año anterior, con un margen sobre ventas del 10,6% y la facturación de 2017, aumentó hasta 4.627 millones de euros, un 16,6% más que el ejercicio 2016, debido a la gestión de precios en todos los mercados, con el traslado a los productos finales del aumento del valor de las materias primas.
Estos buenos resultados han llevado a Acerinox Europa a poner en marcha nuevas líneas en marzo, ya que la constante inversión y ampliación en Acerinox Europa (España) continúa con la puesta en marcha de una línea de recocido y decapado y un tren de laminación en frío, en los que la compañía ha invertido 140 millones de euros.
Por otra parte, la planta de la empresa siderúrgica en Kentucky (Estados Unidos) es líder en su mercado interno y a este liderazgo suma desde octubre su condición de fabricante de acero inoxidable de acabado brillante gracias a la puesta en marcha de una línea de recocido brillante de acabado, además de un laminador en frío, en los que el Grupo invirtió más de 120 millones de euros.
La reciente reforma fiscal en Estados Unidos tendrá un efecto claramente positivo en los resultados de Acerinox. Para anticipar el comportamiento del Grupo en 2018 habrá que estar muy pendientes de las posibles medidas proteccionistas en ese país, de la reacción de Europa y otros países en caso de que fueran adoptadas y de la gestión del exceso de capacidad de producción instalada, especialmente en Asia. En este último factor tendrá especial importancia el crecimiento de la producción en Indonesia, pero también el cierre de acerías en China o su cambio de actividad hacia la fabricación de acero al carbono.
De nuevo la flexibilidad, la eficiencia y el control de los costes serán factores claves que determinarán los resultados de Acerinox, para lo cual confiamos en el incremento de la competitividad alcanzado durante los últimos años y en los planes de mejora vigentes.
La buena situación de la economía en prácticamente todos los países debe impulsar el consumo de acero inoxidable, especialmente si se reactivan las inversiones en infraestructuras y se entra en una fase de expansión del gasto público, dado que el consumo privado y la fabricación de bienes de equipo vienen mostrando un comportamiento positivo.
Si bien la comparación con el ejercicio 2017 comenzará siendo negativa por los excepcionales resultados obtenidos en el primer trimestre del año anterior, favorecidos por las fuertes subidas de los precios de las materias primas, la actual situación, unida al control de existencias en los principales mercados consumidores y a la recuperación de los precios en el cuarto trimestre, permite ser optimistas de cara al ejercicio 2018. Los extras de aleación están subiendo y los precios base ya han mejorado en Estados Unidos.