El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria, José María Mazón, ha explicado este miércoles en el Parlamento que el Plan de Puertos 2014-2021 no prevé colaboración privada en las inversiones, y es «mucho más modesto» que el anterior (2006-2013), porque la coyuntura «es otra».
El plan, que está pendiente de tramitación desde que llegó a la Cámara en octubre de 2016, contempla una inversión de 39,5 millones de euros, con una media de unos cinco millones al año, frente a los 20 millones anuales del plan 2006-2013.
Mazón ha explicado que no se contempla el contrato de concesión de obra pública -la figura que se utilizó para la construcción del puerto de Laredo-, porque en este momento «no se considera adecuado», lo que «no quiere decir que en el futuro no resulte interesante».
El consejero ha afirmado que el plan es «prácticamente igual» que el diseñado por el Gobierno del PP en la anterior legislatura, puesto que se han respetado los «principios, criterios y objetivos».
Dado el «desfase» que supone que ya haya transcurrido el primer cuatrienio del nuevo plan sin que haya entrado aún en vigor, Mazón ha solicitado a los grupos parlamentarios la reprogramación de inversiones en los puertos de Castro Urdiales, Santoña y San Vicente de la Barquera.
En el caso de Castro, se propone la modificación de la programación de la obra de refuerzo y acondicionamiento del dique norte, con 3,5 millones -500.000 euros en 2018 y sendas anualidades de 1,5 millones en 2019 y 2020-; y en Santoña, la rehabilitación de la estructura de los muelles de la dársena pesquera, con 1,07 millones -650.000 euros en 2019 y 420.000 en 2020-.
En San Vicente de la Barquera, la Consejería propone una anualidad de 400.000 euros en 2019 para la nave de usos pesqueros (almacén y rederas); y 300.000 euros en 2021 para una nave taller en el nuevo puerto.
Mazón ha explicado que se han suprimido del plan dos actuaciones «llamativas»: por un lado, el puerto de Suances en la marisma interior de la zona de la ribera «por cuestiones medioambientales»; y por otro lado, la ordenación marítima en Castro, que conllevaba una zona comercial y se ha sustituido por una ordenación interior de fondeos.