El caso de tráfico de drogas a bordo del buque-escuela de la Armada ‘Juan Sebastián Elcano’ está desde hace casi un año a la espera de que se abra el juicio oral en el que se dirimirá la culpabilidad o no de los seis militares y el civil que han sido procesados. Sin embargo, la juez sigue investigando quién introdujo en la goleta los 127 kilos de cocaína que fueron hallados en uno de sus compartimentos en un registro posterior en Cádiz.
Para ello, el pasado mes de noviembre la magistrada del tribunal togado militar territorial Nº12 tomó declaración a los cinco marinos que prestaban servicio en la zona –pañol de contramaestre– en la que apareció escondida la droga. Todos ellos negaron en sus declaraciones, a las que ha tenido acceso Europa Press, su participación en el asunto y aseguraron desconocer quién podía haberla escondido ahí.
El caso se remonta a abril de 2014, cuando ‘Elcano’ hizo una escala en el puerto colombiano de Cartagena de Indias. En los cinco días que el barco estuvo allí atracado, varios marineros introdujeron presuntamente más de 150 kilos de cocaína que les entregó un grupo de narcotraficantes.
En la siguiente escala, en Nueva York, los militares entregaron supuestamente unos 26 kilos a otros traficantes, un caso que fue investigado por las autoridades estadounidenses y que desembocó en la detención de los seis marineros ya procesados y el cocinero del buque, que están a la espera de juicio.
EN SU ESCONDITE, 127 KILOS. Los 127 kilos restantes de droga se quedaron a bordo de ‘Elcano’ escondidos en un habitáculo entre las velas de repuesto y no fueron localizados hasta una inspección posterior realizada en el arsenal español de la Carraca (Cádiz).
Quién ocultó esta droga en la goleta es lo que sigue investigando la jueza del tribunal togado militar territorial Nº12, que abrió un nuevo proceso y dedujo testimonio a cinco marineros destinados en el habitáculo donde estaba escondida.
Se trata de un brigada, un cabo primero y tres marineros, dos de ellos ya procesados en la pieza principal por delitos de tráfico de estupefacientes. De hecho, su abogado ha solicitado que se junten ambas causas para evitar que se celebren dos juicios por unos hechos «conexos» que se llevaban en un único procedimiento.
En sus declaraciones ante la juez, todos niegan tener relación con la droga que viajó en el buque-escuela de la Armada y dibujan un complejo laberinto de habitáculos hasta llegar al pañol en el que fue hallada. De hecho, tres de ellos sostienen que resultaría difícil para una sola persona transportar más de 100 kilos de cocaína hasta allí debido a los compartimentos que había que abrir o escalas que se encuentran por el camino; mientras que los otros dos, los procesados en la otra causa, defienden que es un lugar de fácil acceso al que cualquiera podría haber llegado.
También dos de ellos revelan que taxistas en Colombia les ofrecieron hacer negocios con el transporte de droga, pero aseguran haber rechazado la propuesta. Y dicen haber oído el nombre del presunto traficante colombiano que habría realizado el negocio, ‘Mondongo’, como una persona que podía organizar actividades para el «esparcimiento personal» mientras el buque estaba atracado en puerto, pero no relacionado con el tráfico de estupefacientes.