En menos de cuatro meses, los responsables pesqueros de la Unión Europea y Marruecos iniciarán las negociaciones para la renovación del acuerdo pesquero que expira en septiembre de este año. Las partes esperan conocer el informe del tribunal de justicia europeo que deberá determinar la capacidad de Marruecos para negociar en nombre del Sáhara.
Los plazos se acortan y así, en caso de que los negociadores no lleguen a un posible acuerdo de prórroga antes del mes de septiembre, la flota española – formada por un centenar de barcos, principalmente andaluces – junto al resto de barcos europeos, deberán abandonar las aguas marroquíes hasta que quede aclarado el modelo para los próximos cuatro años.
Los Gobiernos de España y de Marruecos desean que los jueces de la Corte de Justicia de la Unión Europea (CJUE) se pronuncien sobre la capacidad legal del país magrebí para administrar las aguas del Sáhara Occidental, después de que revocase en su día, la anulación de los Acuerdos de Liberalización firmados entre Bruselas y Rabat al considerar que no resultan aplicables al Sáhara Occidental.
Marruecos es fundamental para los intereses económicos españoles al ser nuestro país, el primer socio comercial y segundo inversor en el país norteafricano. Aunque la importancia de la flota pesquera, no es la de otras décadas (en los 80, la flota del puerto de Algeciras que faenaba en Marruecos, contaba con 300 barcos y ahora, con sólo 30), España es el país de la UE más interesado en que el acuerdo salga adelante, por el importante número de barcos pesqueros que faenan en aguas marroquíes.
Los próximos meses serán, por tanto, fundamentales en materia de diálogo y negociación entre las partes, aunque por primera vez, el acuerdo no sólo depende de los negociadores, sino también de los Tribunales de Justicia europeos.