El sindicato UGT ha hecho llegar a El Estrecho Digital, un escrito en el que asegura que la carta dirigida al presidente del Gobierno, a los ministros de Economía y Fomento, al secretario general de Transportes, al director general de la Marina Mercante, a los presidentes de Puertos del Estado, de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, de las Cámaras de Comercio de España, del Senado y del Congreso, y a los secretarios generales de los principales partidos políticos, en la que se pide que se extremen los más absolutos controles de legalidad, especialmente en el ámbito de la competencia y los derechos de los trabajadores afectados por el proceso de compra-venta de la naviera Trasmediterránea, por parte de la compañía Armas, es obra de un particular, Capitán de la Marina Mercante, quien pide que se requieran garantías validas en derecho del respeto a la más absoluta legalidad y tutela de los intereses afectados: trabajadores y mercado.
Según UGT, el sindicato se ha limitado a registrar la entrada del escrito firmado por Rafael Rosello Cuervas-Mons, en el registro de la organización y que el sello que aparece en la misiva es, sencillamente, el que la Organización estampa a todo el correo postal que llega a sus sedes.
En el escrito, al que ha tenido acceso El Estrecho Digital se realizan una serie de alegaciones y se propone la paralización de la venta de la naviera para que se les permita crear una Operadora con personas expertas en el mundo marítimo y en la gestión, y administración, de navieras que se haga cargo de la Compañía y la reflote.
Además, se considera necesaria la realización de una auditoría detallada de la situación real de la Naviera y, una vez realizada, y con un informe claro, proceder a establecer un plan serio y coherente para la supervivencia y estabilidad de la emblemática Compañía.
“No se puede, ni debe consentir que una empresa donde durante generaciones han desarrollado su trabajo, y han dedicado su vida cientos de personas y familias haya servido como laboratorio para experimentar personas incapaces y no conocedoras del mundo marítimo y que ahora, se pretenda utilizar para que pase a formar parte de otro grupo cuyas condiciones de alta precariedad está en boca de todos y cuyo fin lógico sea un pozo de deuda impagable donde se amontone la falta de responsabilidad, la ineptitud y los pasivos del conjunto de ello”, afirma en la misiva.
Además, se denuncia “la venta de Trasmediterránea por vulnerar claramente los principios y las políticas más elementales de la regulación del mercado y de la competencia, al mismo tiempo que podrían generar una situación de monopolio en el transporte que evidentemente repercutiría en el mercado de fletes y en la calidad del servicio, al ocasionar un estado de monopolio en un futuro no muy lejano con el único interés real de salvar unas situaciones económicas delicadas en ambas empresas, únicas interesadas en esta operación”, según explica en un detallado informe el firmante de la misiva, que asimismo denuncia “la utilización poco ética de una empresa naviera de la categoría de la compañía Trasmediterránea desde el preciso momento que se puso en manos de personas que nada tenían que ver con el negocio marítimo, sin experiencia en este ámbito y que han conducido a la Compañía a una situación crítica como jamás había conocido en su larga y honrosa historia”. Si con esto no fuese suficiente, Rafael Roselló acusa a la Administración de “permitir con absoluta indiferencia, que pase a manos de otra naviera de menor envergadura y que está a diario en los medios de comunicación por su alto nivel de precariedad y sus atrasos a la hora de satisfacer nóminas y proveedores”.
Por todo ello, “por la importancia estratégica de las rutas, por el prestigio de la Compañía y la relación con el Estado durante años, por la responsabilidad moral de haber puesto en manos de personas sin la menor experiencia en el mundo marítimo y cuyos resultado han sido desastrosos”, en el escrito se pide que se ejerza la mediación e intervención necesaria para hacer recapacitar a los actores de esta venta y que antepongan los intereses de la centenaria Compañía a la de ellos propios.
En la actualidad existen tres operadores que se disputan los servicios de pasajeros y mercancías entre los puertos de la península con Canarias. Baleares. Ceuta, Melilla y Norte de África. En el caso de las líneas o rutas con los puertos norte africanos obviamente cuentan con operadores de esos países también. Las tres principales empresas son Trasmediterránea, Baleária y Naviera Armas.
El firmante considera necesarios todos estos operadores para mantener la «competitividad» de esas rutas y la calidad del servicio en unos transportes marítimos delicados y estratégicos, como resultan en la Operación Paso del Estrecho.
Lo más importante es la continuidad de la Compañía y preservar los puestos de trabajo y la calidad de ellos, por lo que reclaman del Gobierno y las personalidades a las que va dirigida la carta, “la obligación moral de colaborar en la defensa de esta Naviera” a la que califica como “la más emblemática de nuestra nación”.
Como nieto e hijo de empleados de la «TRAS», considero que lo expuesto en este escrito es la verdadera realidad.
Es indignante que unos «tiburones» se coman una empresa sin importarles el trabajo y el sacrificio de miles de empleados y sus familiares.
Si bien sus familiares, que veian a sus maridos, padres o hijos tan pocas horas que parecian huerfanos, viudas que esperaban o desesperaban.
Solo deseo que se tome en consideración este expolio a una Compañia que fue el unico vinculo de las Islas con el resto de España.