La permanencia del buen tiempo, con temperaturas más propias de los meses de verano y la escasa presencia de viento, está propiciando que la oleada de llegadas de inmigrantes hasta nuestras costas sea continua, sin descartarse que puedan batirse registros históricos cuando se haga balance del recién acabado mes de octubre.
Por lo pronto, y según datos del Frontex, Agencia Europea de Fronteras Exteriores, nuestro país ha recibido 14.800 inmigrantes irregulares hasta el mes de septiembre, siendo las aguas del Estrecho de Gibraltar un paso habitual y de los más frecuentados para llevar a cabo el cruce hacia España.
La situación provoca medidas excepcionales. Por primera vez en una década, el Frontex se ha visto obligado a extender el radio de acción de su campaña especial de seguridad en las aguas de Alborán.
La denominada Operación Indalo tenía fecha de caducidad el 31 de octubre, justo seis meses después del inicio de las tareas en el litoral andaluz, pero la crisis de las pateras obliga a prorrogar su vigencia, al menos, hasta finales de este 2017.
A las guerras y las mafias de tráfico de personas que operan generalmente en Marruecos y Argelia, se une ahora el impacto del terrorismo en países como Mali o Senegal, donde el avance del yihadismo ha provocado un desplazamiento de la población y, en muchos casos, la huida hacia el norte. Según Acnur, la guerra en Mali ha provocado 280.000 desplazados interiores y 176.000 huidos del país desde 2013.
Por otra parte, por primera vez en años, las pateras vuelven a embarcar a ciudadanos marroquíes que, a pesar de los acuerdos bilaterales de repatriación, se juegan la vida con la esperanza de alcanzar suelo español.