La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) ha informado de que a lo largo de 2017 ha gestionado 15 alertas por presencia de altas concentraciones de histamina en el atún.
Este hecho se repite en otras especies como el bonito y la caballa, produciéndose por las malas condiciones de conservación de los pescados, y provocan una intoxicación alimentaria que generalmente no reviste gravedad.
La Comisión Europea envió una carta a España el pasado 14 de septiembre mostrando su «preocupación» sobre esta situación y requiriendo información acerca de las actuaciones realizadas para hacer frente y detener las malas prácticas en la manipulación del atún.
El empleo fraudulento de sustancias vegetales que colorean de rojo el atún para que parezca más fresco está relacionado también con la presencia de histamina en cantidades elevadas, una sustancia que ya se encuentra en el pescado en el que hayan crecido bacterias por efecto de la mala conservación.
Bruselas ha subrayado que el atún afectado iba destinado a la industria conservera y recibió un tratamiento que modificó su color para darle un aspecto más fresco -lo que puede llevar a casos serios de intoxicación alimentaria- y venderlo a un precio más elevado.
Según informó la Guardia Civil la semana pasada, las intoxicaciones han afectado a Andalucía, Murcia, Valencia, Cataluña, Aragón, Castilla y León, Madrid y País Vasco, pero también a Alemania, Francia, Italia y Portugal.
Aecosan ha asegurado que las autoridades competentes, tanto de las administraciones autonómicas como estatales, están recopilando la información requerida por la Comisión Europea y mantienen activados los mecanismos necesarios para garantizar la seguridad del pescado que se comercializan.
El organismo dependiente del Ministerio de Sanidad ha indicado que la línea de producción de atún de la empresa Garciden se mantiene cerrada como medida de precaución.
La Guardia Civil ha investigado a siete personas como presuntos responsables de la intoxicación alimentaria por histamina de 105 personas tras consumir atún procedente de la empresa almeriense. Así, el Instituto Armado les imputa un delito contra la salud pública con productos alimenticios, otro de falsedad documental y un delito relativo a los consumidores.
Según Sanidad, la intoxicación por atún con histamina no ha supuesto un riesgo grave para la salud de los afectados, aunque ha matizado que sí podría implicar «un fraude comercial o una inadecuada manipulación del producto». La intoxicación ha cursado con episodios de dolor de garganta, rubor, sudor facial, náusea, vómitos, cefaleas y eritema cutáneo.