El incremento en la llegada de vehículos al puerto de Algeciras, con motivo de la Operación Paso del Estrecho, está agravando un problema que ha venido afectando desde hace años a los propietarios de agencias de viaje que se encuentran dentro del propio recinto. En las últimas semanas, la proliferación de vendedores ilegales de billetes se ha visto incrementada, hasta el punto de que en la tarde de este miércoles 12 de julio el trasiego era constante en las inmediaciones de la estación marítima, sin que exista reparo alguno ante el mayor control y seguridad existentes en las citadas instalaciones.
La dinámica suele ser la misma: paran a los coches que van llegando a las inmediaciones del parking gratuito que disponen los clientes para adquirir sus tikets en la estación marítima, alegando que ésta está cerrada, hasta desviarlos al otro estacionamiento de pago, donde aparcan el tiempo justo para bajarse y comprar los billetes fuera del puerto, con el consiguiente cambio en sus tarifas. Todo esto, ante la mirada atónita e impotente de los jóvenes que la propia APBA, a través de una empresa de servicios, contrata para orientar a los pasajeros, los conocidos como «pollitos». En más de una ocasión, a estos vendedores hasta se les ha podido ver protegiéndose del sol bajo las sombrillas repartidas por toda la zona, compartiendo así espacio con los propio trabajadores del puerto.
Hace algunas semanas, los agentes de viaje del puerto de Algeciras se concentraron para mostrar su malestar por la venta ilícita de billetes, tras reclamar a la Autoridad Portuaria una actuación inmediata.
Este colectivo no descarta, incluso, poder realizar una campaña de concienciación de compra de billetes en el interior del recinto portuario, para que los viajeros que pretenden embarcar con destino a Ceuta o Tánger desde estas instalaciones conozcan los beneficios que tiene adquirir el billete en una agencia legal y los perjuicios de hacerlo a través de los vendedores ilegales.
La asociación de agencias de viaje de la estación marítima insiste en que esta situación no sólo afecta a los empresarios, sino también a los propios viajeros.