El sector pesquero europeo, agrupado en Europêche, lamenta el fracaso de la cuarta ronda de negociaciones celebrada esta semana en Bruselas entre representantes de la Unión Europea y del gobierno de Guinea-Bissau para discutir los términos y condiciones del nuevo protocolo de pesca sostenible (SFPA) entre ambos, para renovar el acuerdo actualmente en vigor, que finaliza el próximo 23 de noviembre.
La patronal pesquera europea confía en que las conversaciones puedan reanudarse y conduzcan al establecimiento, en un futuro próximo, de un acuerdo realista y beneficioso para ambas partes.
Según Europêche, la desproporción de la condiciones económicas y técnicas propuestas por las autoridades del país africano han complicado las negociaciones para la renovación del acuerdo de pesca entre la UE y Guinea-Bissau. El actual acuerdo, con un valor de 9,2 millones de euros anuales (3 millones anuales destinado al apoyo del sector pesquero local), ofrece oportunidades de pesca a alrededor de 50 barcos europeos, que tienen como especies objetivo de captura cefalópodos, túnidos, pelágicos costeros como el jurel y especies demersales como la gamba.
La actividad pesquera en el marco del acuerdo entre la UE y Guinea-Bissau genera más de 150 empleos de tripulantes guineanos y más de 500 puestos de trabajo indirectos, que corren el riesgo de perderse si no se logra alcanzar un acuerdo.
La patronal pesquera europea considera que el acuerdo de pesca entre la UE y Guinea-Bissau beneficia claramente la gestión de las pesquerías en esta área y contribuye a la mejora de los estándares medioambientales y sociales para garantizar una pesca sostenible. Además, el protocolo permite el desarrollo de investigaciones científicas, contribuye a la sostenibilidad de las pesquerías artesanales y supone un impulso a las prácticas de control, las actividades de formación y la I+D aplicada al desarrollo de productos pesqueros de mayor calidad.
Según el presidente de Europêche, Javier Garat, “las empresas armadoras asociadas a Europêche desean continuar faenando en aguas de Guinea-Bissau en el marco de un acuerdo con unas condiciones de transparencia únicas en el mundo”. “Sin embargo”, -apostilla Garat-, “a pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea para llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso, las condiciones propuestas por las autoridades de Guinea-Bissau están lejos de ser realistas, no se ajustan a la realidad y son inviables tanto desde el punto de vista técnico como económico, de modo que la flota europea no puede aceptarlas”.