El presidente de Puertos del Estado, José Llorca, ha inaugurado este jueves laConferencia Anual de la Organización Europea de Puertos Marítimos (ESPO), que se celebra en el World Trade Center de Barcelona. La presente edición, titulada ‘Ports in a changing climate, a changing world’, recibirá a los máximos representantes del sector marítimo y portuario de Europa que debatirán sobre el papel de los puertos ante el escenario global del cambio climático.
La privilegiada posición geográfica de España, emplazada en la intersección de las principales rutas del transporte marítimo internacional, y la rápida adaptación en los últimos años de sus infraestructuras marítimas a los nuevos requerimientos de la demanda mundial, con una capacidad instalada de mil millones de toneladas, sitúa a nuestro país en el Top 10 del ránking mundial en calidad de infraestructuras portuarias, en la quinta posición de Europa, tras Países Bajos, Finlandia, Bélgica y Dinamarca, y en la undécima posición respecto a conectividad marítima y quinta de la Unión Europea, según el Foro Económico Mundial en abril.
Frente a esta buena situación de infraestructuras del lado del mar, Llorca ha asegurado en su intervención, que “España trabaja ahora principalmente en la conectividad terrestre y particularmente ferroviaria, mejorando las infraestructuras tanto de última milla a los puertos, como de las redes generales del transporte”, en aras a incrementar las condiciones de competitividad de los tráficos terrestres, “dotándoles de la necesaria interoperabilidad con las redes europeas”. Asimismo, ha asegurado que “el Gobierno de España está muy comprometido con el desarrollo de las redes de transporte que forman la red básica europea y, en particular, con el Corredor Mediterráneo, con el fin de mejorar la conectividad de los puertos del sur de Europa al servicio de la logística europea”. En este sentido, la contribución de los puertos españoles se realiza a través del Fondo Financiero de Accesibilidad Terrestre Portuaria, creado en 2014 para financiar, mediante recursos de los organismos portuarios, las obras de accesibilidad terrestre a los puertos y mejorar las redes de transporte de mercancías.
EL CAMBIO CLIMÁTICO SE CONTEMPLA EN LA PLANIFICACIÓN FUTURO. Llorca ha abordado especialmente el papel de los puertos ante el cambio climático y las amenazas sobre los mismos como “peligrosas tendencias hacia la desglobalización y el proteccionismo”. “No podemos olvidar las consecuencias que el cambio climático puede tener en nuestros puertos”, entre las que mencionó la subida del nivel del mar, con efectos en la seguridad de las infraestructuras y la operatividad de los puertos, y el creciente aumento de la temperatura del agua, lo que puede alterar su calidad dentro de las dársenas. Por tanto, la planificación a largo plazo de nuestros puertos debe considerar la evolución de las variables oceanográficas y meteorológicas.
Por otro lado, el presidente de Puertos del Estado ha destacado las consecuencias que tendrá la revolución 4.0, fundamentada en el cambio de modelo energético con la completa electrificación de los modos de transporte a partir de energías alternativas y la total digitalización de los procesos.
En este sentido, y en línea con la Declaración de La Valetta del pasado mes de marzo, sobre las prioridades de la política de transporte marítimo de la Unión Europea hasta 2020, Llorca ha abogado por la competitividad para hacer frente a la des-globalización por la vía de la reducción de costes logísticos, la des-carbonización, para hacer frente al cambio climático y la digitalización, como elemento central de la nueva economía 4.0 con importantes incidencias en la organización logística. “No estamos hablando de un futuro lejano, sino de una realidad evidente en los próximos 5 a 8 años, a la que habrá que adaptarse con rapidez si no queremos quedar fuera de los mercados.”
En un futuro inmediato, ha asegurado, las pautas actuales del transporte marítimo y las condiciones operacionales en los puertos se modificarán, debido al control de emisiones de los buques a partir de 2018; las presiones regulatorias sobre emisión de óxidos de azufre, de óxidos de nitrógeno y de partículas sólidas; y la presión social en la interfase puerto-ciudad. En contrapartida, se impulsará la gasificación y la electrificación de los buques.