Entra en vigor el límite de acceso a porteadores en Ceuta: 4.000 al día

Ya hay límite. Desde este lunes, 13 de marzo, España y Marruecos ponen tope a la entrada de porteadores del Reino alauita a Ceuta, con 4.000 personas al día con el objetivo de «garantizar la seguridad» de las personas que encuentran su modo de vida en el transporte sobre sus espaldas de todo tipo de mercancías adquiridas en la ciudad autónoma al país vecino aprovechando la ausencia de una aduana comercial en la frontera del Tarajal.

El delegado del Gobierno en Ceuta, Nicolás Fernández Cucurull, ha explicado este jueves en rueda de prensa que, tras cuatro días cerrado, el paso exclusivo para la entrada y salida de porteadores del ‘Tarajal II’, inaugurado el 27 de febrero, se reabrirá para evitar «tensiones a ambos lados que serían difíciles de soportar» teniendo en cuenta que se calcula que al menos decenas de miles de marroquíes viven del comercio transfronterizo.

Fernández Cucurull ha repetido que, desde su punto de vista, la «solución» a la problemática de la frontera de Ceuta, escenario de colapsos y avalanchas casi a diario desde hace años, debe pasar por, apelando a «motivos de seguridad» para «un territorio tan pequeño y tan densamente poblado», establecer «una nueva regulación normativa de la excepción al Tratado de Schengen que permite el acceso a la ciudad de los vecinos con pasaporte en vigor y sin visado de la provincia marroquí de Tetuán, cuya población ha pasado de menos de 200.000 a más de un millón de habitantes» .

En paralelo, la Delegación del Gobierno ha anunciado que los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que hasta ahora se han encargado de regular y ordenar los flujos de porteadores por los polígonos comerciales anexos a la frontera «de titularidad privada» dejarán de ejercer esa labor y los empresarios allí radicados tendrán que contratar vigilantes privados.

A medio y largo plazo la Administración General del Estado y la Ciudad Autónoma seguirán trabajando en «fórmulas» para «regular el comercio del bulto», cuyo crecimiento «exponencial» pese a la imagen «tercermundista» que da de Ceuta el trasiego de personas virtualmente aplastadas por los fardos que transportan tiene una solución «compleja».

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