Las dos terminales de contenedores del puerto de Algeciras – APM Terminals y Total Terminal International Algeciras – han trabajado intensamente en las últimas horas, a pesar del temporal de fuerte viento y lluvia que ha azotado a la zona del Estrecho de Gibraltar. Cada una de estas dársenas ha operado dos buques de casi 400 metros de eslora, manteniendo un ritmo frenético de trabajo que se atisbaba al poder apreciar desde cualquier punto del litoral todas las grúas bajadas y, por tanto, operando.
En las instalaciones de APM Terminals se encontraban el Merete Maersk, que había permanecido durante toda la pasada semana en el muelle de la Fase B de Isla Verde Exterior, a la espera de que se pudiesen descargar con seguridad los contenedores que se desplazaron durante un temporal de viento y un golpe de mar cuando navegaba por aguas próximas a la costa de Túnez. El barco sufrió el corrimiento de varios cajones en la zona de popa y así llegó al puerto de Algeciras, donde finalmente ha recuperado la normalidad.
El Merete Maersk es un buque de los llamados megaship, que navega bajo pabellón danés. En el momento en el que sufrió el golpe de mar se trasladaba hacia Algeciras, procedente del puerto malayo de Tanjung Pelepas.
Junto a este impresionante barco se encontraba el Northern Magnum, de bandera alemana. Este portacontenedores, de 300 metros de eslora por 40 de manga, operaba con el objetivo de partir en las próximas horas hacia Nueva York (Estados Unidos).
En la terminal de APMT también realizaban tareas de estiba los buque Mol Presence, que llegó a Algeciras procedente de Cape Town (Sudáfrica), y el Safmarine Nakuru, cuyo próximo destino es el puerto de Tánger Med.
Mientras tanto, en el muelle de TTIA, otro megaship operaba su carga. Se trataba del MSC Reef, que llegó a Algeciras procedente del puerto Malayo de Tanjung Pelepas. Este barco, de bandera liberiana, cuenta con 399 metros de eslora y 59 de manga, siendo otro de los grandes “monstruos” del mar que se suman a la larga lista de los que operan en este puerto.
En estas mismas instalaciones, se realizaban tareas de estiba y desestiba en el Samarine Cameroun, un buque de 195 metros de eslora y 32 de manga que navega bajo pabellón singapurense.
La actividad, por tanto, sigue siendo frenética en las terminales algecireñas, a pesar del conflicto en que se ve envuelta la estiba como consecuencia de la sentencia de la Justicia Europea que obliga a España a reformar el sector.