El caladero de La Línea sigue, de momento, cerrado para el marisqueo, como consecuencia del temporal de Levante que ha impedido salir a realizar su trabajo al barco que lleva a cabo los muestreos que sirven para la elaboración de los análisis que confirman la salubridad de los mariscos capturados.
Esto ha supuesto un contratiempo para la flota, en estos primeros días del año, en los que los barcos linenses se han visto obligados a amarrar a puerto, a la espera de los resultados de los análisis. Así lo ha asegurado Juan Morente, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de La Línea, quien insiste en que «esta situación se produce, precisamente, cuando la flota está pendiente de las nuevas cuotas de pesca de cara a 2017».
Morente afirma que el sector considera, en principio, «insuficiente» el reparto, aunque hasta el mes de febrero no se conocerá la asignación definitiva para cada puerto, una vez se aprueben, por parte de la Unión Europea, los planes de producción.
El patrón mayor linense espera que este 2017 «sea mejor que el año anterior», a pesar de que la pesca del corruco llegó a superar el 90 % de las capturas permitidas, ya que para otras especies la temporada fue muy mala.
En cuanto a la situación generada por las autoridades gibraltareñas, Morente afirma que «tras dos meses de incidentes, la normalidad parece haber vuelto a las aguas que rodean el Peñón», algo que espera continúe en un futuro.