La gran mayoría de las empresas e instituciones de Andalucía (el 81,15%) tienen muy claro que su futuro depende de su transformación digital, según el I Estudio sobre la Transformación Digital, realizado por la consultora TIC Alicantina Sistel.
El estudio recoge las opiniones y planes de los CIOs, Directores de Departamento de Nuevas Tecnologías y Responsables de Informática de más de 300 empresas andaluzas de sectores como la Educación, la Sanidad, Gobierno, los Servicios, la Alimentación, el Alquiler de vehículos o los Seguros.
Todos los encuestados coincidieron en afirmar que eran totalmente conscientes de que se está produciendo un cambio fundamental en la economía, la sociedad, la cultura, el medioambiente y la forma de trabajar en el mundo y que tiene que ver con la digitalización a nivel global.
Especial relevancia ha tomado la publicidad y la promoción de sus firmas, mucho más completa y eficiente en formatos digitales y coincidiendo con la caída del papel, la radio y la televisión, que han visto pasar Internet por su lado a la velocidad de un rayo.
En este nuevo contexto, el 81,15% de los entrevistados dijo que la dirección de su compañía percibe este movimiento global y lo tiene en cuenta a la hora de fijar la estrategia de futuro de su organización, pero solo el 29,98% aseguró que su empresa está preparada tecnológicamente para afrontar estos cambios, un dato muy bajo comparado al 71,25 de los encuestados en la Comunidad Valenciana o al 73,99 de los entrevistados en la Región de Murcia, que sí creen estar preparados.
Según el 67,36% de los participantes en el estudio, la calidad, el ancho de banda y precio de las comunicaciones sigue siendo un freno para la digitalización de las empresas, lo que no impide que el 67,90% de los encuestados utilice fibra óptica en la conexión de su empresa a Internet. En cuanto a los “servicios cloud”, el 52,25% de las empresas dijo que los utiliza.
La transformación digital es una realidad con la que convivimos y que vemos en la calle, con ejemplos llamativos, como el desarrollado por Wilson, fabricante de balones de basket, que ha puesto en el interior de las pelotas un dispositivo que se conecta con una aplicación móvil y que ayuda a mejorar el rendimiento de los jugadores: ver cuántas veces encesta, a qué distancia, la calidad del tiro, etc. El usuario no compra sólo el balón, ahora compra «valor» y eso es lo que ofrece la digitalización.