En un intento de llamar la atención ante la degradación galopante del Mar Muerto, un grupo de nadadores de todo el mundo se arrojó a sus aguas en señal de protesta, dotados de máscaras protectoras y esnórqueles.
En total han sido 25 los osados que trataron de completar los 15 kilómetros que separan a ambos puntos en siete horas.
El Mar Muerto, el lugar más bajo del mundo, 423 metros bajo el nivel del mar, se ha reducido en las últimas décadas, en un proceso que los ambientalistas atribuyen al manejo insostenible del agua y la sobreexplotación de los recursos minerales.
«Estamos aquí para el primer cruce que se haya realizado del Mar Muerto con 25 nadadores que vienen de todo el mundo para emitir un mensaje claro: salvar el Mar Muerto, que se reduce a un paso alarmante», dijo Mira Edelstein, del grupo ambientalista EcoPeace, organizador del evento.
Los nadadores —israelíes, palestinos, neocelandeses, sudafricanos y daneses, entre otros— usaron máscaras especiales para protegerse del agua impregnada de sal, que irrita los ojos y puede ser fatal si se la ingiere. Los acompañan embarcaciones de apoyo con material médico y alimentos. La concentración de sal es tan alta que los nadadores flotan en el agua.