Las autoridades rusas han comunicado al Gobierno español que los buques de la flotilla de la Armada de aquel país que se dirigen hacia Siria, no recalarán como estaba previsto en el puerto de Ceuta.
El gobierno ruso renuncia así a los permisos solicitados para que sus barcos de guerra recalasen en los próximos días en la Ciudad Autónoma con el propósito de avituallarse, poniendo fin a la poémica suscitada, después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores español anunciase una revisión de dichos permisos.
La flotilla rusa encabezada por el portaaviones Almirante Kuznetsov se dirige al Mediterráneo Oriental para supuestamente, participar en los bombardeos a Alepo.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha sido el primero en reiterar su preocupación por la posibilidad de que este grupo de combate participe en el asalto final a Alepo por las tropas del régimen de El Asad y, aunque ha evitado mencionar expresamente a España, si ha insistido en la unión que deben mantener los países de la OTAN.
La flotilla rusa (integrada por el portaaviones Admiral Kuznetsov, el único de la Armada rusa, el crucero de propulsión nuclear Pedro el Grande, los buques antisubmarinos Severomorsk y Vicealmirante Kulzkov, así como cuatro buques auxiliares y con toda probabilidad algún submarino) cruzarán en las próximas horas el Estrecho de Gibraltar.
El Gobierno español autorizó a tres de los buques que escoltan al Kuznetsov, dos escoltas y un buque auxiliar, para que hiciesen escala en Ceuta este viernes, con el objetivo de aprovisionarse de agua, víveres y combustible. Se da la circunstancia de que Ceuta y Melilla son las únicas partes del territorio español que no están cubiertas por el paraguas defensivo de la OTAN.
Las últimas embarcaciones de la Armada rusa que han recalado en Ceuta, has sido las corbetas “Zeleny Dol” y “Serpukhov” que permanecieron hasta el pasado 19 de octubre en dichas instalaciones, para aprovisionarse de un total de 25 toneladas de gasoil, agua y alimentos.