La obra de instalación de la barrera de seguridad del río Guadarranque para hacer frente al tráfico de drogas en el término municipal de San Roque, «marcha mejor de lo previsto», según el delegado del gobierno en Andalucía, Antonio Sanz quien asegura que «estará lista a finales del próximo mes de octubre si todo transcurre con normalidad».
El proyecto consiste en construir una barrera de seguridad conformada por un sistema de 25 pilotes de acero de 80 centímetros de diámetro y 1,2 centímetros de espesor rellenos de hormigón y fijados sobre el lecho del río aproximadamente a una profundidad de hasta 15,10 metros para mantener su verticalidad y con un separación entre sí de unos 2,4 metros.
La actuación cuenta con un presupuesto de 231.394 euros y está siendo ejecutada por la entidad pública Tragsa mediante una encomienda de gestión. El ritmo de colocación diario es de seis a siete pilotes, y hasta el momento se ha finalizado la primera fase, colocando 19 de los 25 pilotes totales.
Respecto a la fisonomía de la ataguía o mota, ésta va a pasar de los 60 metros actuales a 90 metros, es decir, 30 metros más creados a partir de reducir de diez metros a cinco metros la anchura de los 60 metros actuales. Además, el cauce del río varía sólo con la marea, por lo que para facilitar el trasiego de la marea se están construyendo dos pasos, por un lado una tubería de un metro y, por el otro, uno libre de cuatro metros.
Una vez colocados los 25 pilotes, es la instalación de los tubos transversales metálicos que los unirán por dos alturas diferentes, dependiendo de la profundidad del río y la variación del nivel del agua entre pleamar y bajamar.
El delegado del gobierno ha insistido en que desde el punto de vista de la impermeabilización «no será posible el paso de ninguna embarcación, ya sea tipo lancha o moto acuática».
El último paso es la retirada del relleno de tierra que ahora mismo se puede ver y que sirve para ejecutar las obras, pero una vez que éstas concluyan se eliminará.